Hace poco elegí ser actor. Me costó decidirme. Ahora que lo hice no voy a jugar a medias tintas. En este blog publicaré todos los éxitos, fracasos, alegrías y tristezas de mi carrera. Bienvenidos a los entretelones de la vida de un actor. Pónganse cómodos. Espero que cuando caiga el telón aplaudan de pie.

domingo, 22 de agosto de 2010

Crítica Kafka... VII

Kafka... es una pieza de teatro experimental que, mediante un mix interdisciplinario, nos introduce en el universo kafkiano a través de cuatro cuentos de la autoría del escritor austro-húngaro. Las narraciones son: El paseo repentino, Ante la ley, Buitres y Una confusión cotidiana, esta última en presentación audiovisual.

Con separadores de video, las unidades dramáticas parecen formar parte de una misma historia, ya que son atravesadas por seres oníricos similares que aluden a la opresiva realidad que agobiaba al autor. Él mismo crea los monstruos, los alimenta y rechaza. Interactúa con ellos tanto en el sueño como en la vigilia: habitan su alma.

La obra de Kafka ha sido encasillada por la crítica de diferentes maneras, los unos la ubican dentro del modernismo o el realismo mágico, los otros la asimilan al existencialismo. Su crítica permanente a la sociedad burocrática puede, tal vez, deberse a su breve militancia en las filas del anarquismo y su visión de las estructuras. Más allá de estas tendencias, esta representación en particular, al hacer hincapié en los mundos internos del autor y presentarse carente de parlamento, la acerca al surrealismo y el psicoanálisis.

Hay un muy buen trabajo corporal, condición necesaria si se tiene en cuenta que el peso de la historia recae en el movimiento y las expresiones del elenco. Pero otros elementos revisten similar importancia para sostenerla, los que hacen a la imagen: vestuario y maquillaje maravillosamente logrados coadyuvan en ese sentido. La cuarta pata de esa mesa es el sonido, reforzado por la interpretación en vivo del músico Ramiro Torreira.

Tal vez, algo a considerar es el pasaje de una a otra escena, que puede ser un elemento de distracción que rompa el clima de tensión logrado en la audiencia. El silencio absoluto en esos instantes no mejora esa situación pues se perciben los ruidos tras bambalinas.

Rubén Sacchi
http://desmenuzartemejor.blogspot.com/

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