Este Sábado salí nuevamente al escenario. Luego de un no muy grato suceso ocurrido la última función en el Monstruo, se terminó bajando uno de los actores del elenco. Y ahí se me hizo el hueco. Rápidamente me puse a leer la letra del personaje que me toca representar, ya que no es el mismo que tuve que hacer funciones anteriores en donde me había tocado reemplazar a Huerquen, y a imaginar el mundo en el que se mueve este sujeto. Esta vez es diferente, ya que la confianza depositada en mi no sólo por Christian, el director, sino por todos y cada uno de mis compañeros de elenco, implica un compromiso mucho mas serio, ya que pasaría a formar parte fija (aún cuando sea momentáneo) del elenco.
Mas allá de la felicidad y el placer que me da hacerlo, tengo un sensación ambigua, ya que si bien es lo que siempre quise, formar parte de este grupo pero como actor, la circunstancia por la que llego a este lugar no es la que hubiera preferido. Mas allá de ésto, es una enorme oportunidad para mostrarme una vez más y ganar confianza. Una demostración más de que cuando uno pide el universo responde.